Educar a un cachorro implica constancia y paciencia, aquí os contaremos unos pequeños trucos para conseguir pequeños logros.
Que sea tu compañero más fiel
Dedicad todos los días al menos una horita a jugar con ellos para fortalecer vuestro vínculo de cariño y confianza.
Que te obedezca cuando le llamas para volver a casa
Cuando esté jugando en el parque llámale para que venga y felicítale efusivamente y dale un premio suculento como un pedazo de salchicha, a continuación ponle la correa, pasead un minuto y vuélvele a soltar. De esta manera asociará que si viene cuando le llamas recibirá un premio y no que le estás llamando para terminar el paseo. En caso de que no acuda a vuestra llamada, correr detrás de él no suele dar resultado, la mejor opción es caminar en dirección opuesta y que él acabe preocupándose y corriendo detrás de vosotros.
Que haga sus necesidades siempre a la misma hora
Desde que llega a casa hay que marcarle una rutina, siempre debe comer, acostarse y salir a la misma hora, de esta manera tendrás controlados sus horarios y sabrás a que horas va a necesitar salir a orinar. Otro truco es no soltarle hasta que haga sus necesidades y una vez hechas, dejarle jugar a sus anchas. Si inmediatamente después de evacuar le pones la correa y te lo llevas a casa, intentará retrasar todo lo posible este momento.
Prevenir tendencias agresivas
A la hora de comer, introducid suavemente la mano en su plato y removed o dadle su comida a la vez que le habláis o acariciáis para prevenir tendencias agresivas en el futuro ¡Algunas razas tienden a proteger su comida con uñas y dientes!
Que no se zampe todo lo que se encuentra
Evitad darle de vuestra propia comida o dejarle comer los trozos y migas que caen al suelo, e indicadle su "SITIO" cuando se acerque a la mesa a pediros comida. Sólo podrá comer de su recipiente. De esta forma, cuando salga a la calle no se abalanzará sobre cualquier resto comestible y no molestará a otras personas que estén comiendo en lugares públicos.
Que no muerda vuestras cosas
Si os destroza un calcetín un juguete o un zapato, nunca lo deis por perdido y se lo regaléis para que lo finiquite porque le encanta. Si lo hacéis, morderá todo lo que le apetezca ya que sabrá que una vez bien mordido pasará a ser suyo.
Que pierda el miedo
Si ves que se le eriza el vello arquea el lomo y empieza a gruñir, ladrar o se pone tenso al cruzarse con un gato o cualquier otro animal u objeto. No hay que acortar la correa y alejarle, sino todo lo contrario, hay que alargar la correa y dejarle interactuar, que se aleje, que se vaya acercando olfatenado, que se vaya familiarizando y que le vaya perdiendo el miedo.
¡Con estos pequeños trucos les ayudaréis a ser aún mejores de lo que ya son!
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